Opinión

El verdadero cambio en la educación internacional

El verdadero cambio en la educación internacional
Estas últimas semanas hemos sido testigos de los cambios que están ocurriendo en destinos educativos como Canadá y Australia, y es evidente que estos cambios no son simplemente pasajeros; más bien, representan una transformación fundamental en la industria de la educación internacional.

La búsqueda de certezas frente a casos particulares ha llevado a la industria a sumergirse en la literatura exacta, con una creciente preocupación por la caída en las ventas, especialmente en Canadá, que solía ser una vía más expedita para perfiles con fines migratorios.

Lo que estamos presenciando es una consecuencia directa de las decisiones tomadas por las propias agencias. Siempre se buscó la manera más rápida y económica de conseguir clientes, sin considerar el futuro real del estudiante, las industrias o los países. El resultado fue una sobre población no deseada de perfiles que no cumplen con la verdadera intención de los destinos.



Lo que vivimos es una consecuencia producto del modus operandi propio de las mismas agencias; en la mayoría de los procesos se eligió la vía corta, la más barata, el atajo, buscando clientes y no estudiantes idóneos, sin pensar en el futuro real del migrante o su aporte a las industrias o los países destino. El resultado fue una sobrepoblación indeseada por cuenta de algunos países, con perfiles que NO eran los deseados o los requeridos para sus sociedades.

La gente, en su búsqueda de colegios más económicos y formas rápidas de obtener visas, relegó la construcción de un futuro sólido a un segundo plano. Querían visas rápidas como si fueran tamales, y lamentablemente, encontraron proveedores que ofrecían precisamente eso: tamales con visas. Colegios que no cumplían estándares, programas falsos sembrando historias tristes para el futuro. La posibilidad de trabajar en el exterior no debería ser el único objetivo.



La situación no es desconocida para muchos, las personas buscaban los colegios más económicos y básicos como el mejor pasaporte para llegar, sin importar la proyección que esa formación les proporcionará en sus proyectos de vida, es decir, construir un futuro paso a un segundo plano y literal, muchos querían visas en un tamal.

Lo triste es que encontraron proveedores de tamales con visas, colegios que no cumplían con el estándar o ni siquiera existían. Programas falsos que hacían una siembra de historias tristes a futuro. La posibilidad de trabajar en el exterior no debió y no debería ser el único objetivo. Pero ese era el sueño de muchos y el único objetivo de algunas agencias.

Debe darse un cambio real, un realineamiento de la educación internacional. La gran purga es filtrar proveedores de calidad, programas migratorios reales y educación que sea el verdadero movilizador y transformador social que necesitan, tanto los estudiantes y migrantes, como los países a donde llegan.

EL CAMBIO REAL implica un realineamiento de la educación internacional. Es hora de filtrar proveedores de calidad, programas migratorios reales y educación que produzca resultados tangibles.

En nuestra agencia, hemos estado librando esta batalla, manteniéndonos firmes en los procesos de visa, buscando los mejores convenios y estableciendo relaciones clave que nos han permitido enfrentar estos cambios con menor impacto. Reconocemos que los desafíos son naturales, pero la tormenta se supera con actitud, buenas decisiones y conciencia. Trabajando con transparencia y proporcionando opciones sólidas que cumplan con la expectativas de todos, buscando los mejores convenios, articulando con key partners efectivos, trabajando de la mano con los gobiernos para lograr procesos positivos, donde todos ganen en experiencia y crecimiento.

Ser asesores educativos debe permanecer en la esencia de las agencias, casi asesores de vida, el negocio nunca podrá estar por encima de la función social que tenemos como facilitadores de intercambios sociales y culturales. Y aunque actualmente aún no existía una regulación sobre esta industria, la ética y las normas obligarán prácticamente a regular sus estrategias, profesionalizar sus equipos y elevar el standard.

Los procesos migratorios hacen parte de la condición humana, no se detienen, la gente siempre buscará su desarrollo personal y recae en nosotros poder elevar su perfil para lograr mejores objetivos .

Ser asesores educativos debe ser la esencia de una agencia, incluso en un momento en que la industria carece de regulación. Las normas, inevitablemente, obligarán a las agencias a revisar y profesionalizar sus estrategias, elevando así el estándar. Los estudiantes no se detendrán; siempre buscarán su desarrollo personal, y depende de nosotros elevar sus perfiles para lograr objetivos más ambiciosos.

Que este febrero sea excelente para todos nosotros. Pasemos del susto a la actitud de ganar y abracemos el cambio, porque es lo que realmente necesitábamos.