José Luis Uribe es Ingeniero Electrónico e Ingeniero de Sistemas, con una Maestría en Ciencias de la Computación y un MBA. Con más de 12 años de experiencia en multinacionales de tecnología, ha desempeñado diversos roles en Investigación y Desarrollo, comenzando como ingeniero en el diseño de circuitos integrados y actualmente como Senior Manager. Adicionalmente ha desarrollado estrategias de ventas y servicios de consultoría para la transformación digital para varias empresas en Colombia y ha sido docente en varias universidades de América Latina. Desde la aparición de Bitcoin a principios del siglo XXI, es un creyente que blockchain y sus aplicaciones son parte de la siguiente gran revolución económica y tecnológica a nivel mundial.
En las últimas semanas, y específicamente, desde la reciente elección del Presidente de los Estados Unidos, hemos visto como el tema de Bitcoin toma cada vez más relevancia en los medios de comunicación masivos, desde periódicos y noticieros, hasta en innumerables videos y posts de influencers y personas activas en redes sociales. Incluso es relativamente común que en alguna charla de amigos y familiares se hable del tema, y me atrevería a decir que será el tema de conversación recurrente en estas navidades y saldrán a relucir preguntas
como ¿Compro o no compro Bitcoin? ¿Será muy tarde para invertir? Y quizás más de una persona se hará en esta época de promesas y planeación para el 2025 el compromiso de, “El próximo año compro Bitcoin”.
Y no es para menos, estamos viviendo los máximos históricos de precio Bitcoin/dólar desde que esta invención descrita el 31 de octubre del 2008 en un documento de 9 páginas (incluyendo referencias bibliográficas), que puede buscar por internet sin ninguna dificultad o incluso le puede pedir a cualquier inteligencia artificial que lo busque y lo resuma, y sale a producción el 3 de enero del 2009.
No obstante, aún con el nivel de popularidad que tiene Bitcoin actualmente, lo siguen acompañando aseveraciones no solamente en conversaciones informales sino emitidas por noticieros o informativos reputados a nivel nacional e internacional como las siguientes, “El Bitcoin solamente lo usan los criminales para sus actividades ilícitas”, “Solamente es un mecanismo para estafar a la gente” o “Solo sirve para lavar dinero”, lo cual aparte de ser falso y estadísticamente fácilmente refutable, no es consistente con lo la actualidad dado que
Bitcoin ya esta siendo usado por grandes instituciones financieras y no financieras a nivel mundial y varios países y empresas del mundo analizan convertirlo en reserva de valor. Por tanto, decir que “Bitcoin es solo para criminales” es tan absurdo como decir que el dinero convencional es usado solamente por maleantes porque usan efectivo para efectuar sus fechorías.
Con esto no quiero afirmar que no haya personas inescrupulosas que usen la palabra Bitcoin para engañar, justamente quiero advertir que en esta época de tendencias y euforia, si encuentra un “amigo”, publicidad o promoción que le diga: “Hágase rico con Bitcoin en menos de 10 días” o “Sea su propio jefe con Bitcoin con cero riesgo”, por favor, salga despavorido de ahí y si la publicidad es digital, cierre inmediatamente su navegador, y repórtelo como SPAM, porque seguramente lo van a estafar.
Luego de haber hablado sobre qué se dice y qué no se dice de Bitcoin, no hemos definido qué es Bitcoin, y aunque hacer una definición en unos cuantos párrafos no es fácil, voy a tratar de hacerlo, es un mecanismo de pagos que permite hacer transferencias de valor del usuario A al usuario B sin ningún tipo de intermediación, esto último quiere decir que sin ningún tipo de entidad financiera o incluso sin ningún tipo de banco central, porque no se va a transferir ninguna moneda emitida por un banco central.
Para poder analizar el impacto de esta invención, quiero compararlo con los modelos de negocio propuestos por Uber o Airbnb, que nacieron aproximadamente al mismo tiempo que Bitcoin. Hagámonos la siguiente pregunta: Si antes de Uber fuéramos a crear una empresa de transporte, ¿Qué es lo primero que compraríamos? Y la respuesta es fácil: Carros, taxis, buses, etc., y algo similar pasaría con Airbnb, si antes de Airbnb quisiéramos invertir o desarrollar un negocio de hostelería y turismo, ¿Qué es lo primero que necesitamos? Casas, apartamentos, o bienes raíces en general para que las personas se hospeden. Casi 16 años después, estos modelos más allá que funcionen en una aplicación en el celular o del sistema de calificación entre usuarios y proveedores, creó una nueva forma en la que el mundo opera y esta tan ligada
a nuestra vida cotidiana que no visualizamos fácilmente una sociedad sin este tipo de servicios.
Sin embargo, volvamos a Bitcoin, antes de su aparición, la sola idea de poder tener una moneda que no tenga como base un “Banco Central” o que se pueda transferir sin intermediarios, no solamente sonaba irrealizable, sino que caía en lo inverosímil, no obstante, casi 16 años después, ha mostrado ser un rotundo éxito porque paso de ser un “juego” de “nerds”, “geeks” o “computines” (la palabra más exacta es criptógrafos) a una realidad que es contemplada como inversión por países y empresas de todos los tamaños, e indudablemente
por cualquier persona en el mundo entero.
Pero, ¿Qué hace tan especial a Bitcoin? Y retomando el título de este artículo, ¿Por qué debería interesarme en Bitcoin? Y la respuesta puede que lo sorprenda porque no está atada a su precio respecto al dólar, es porque la tecnología con la que esta basada Bitcoin mostró un punto que no habíamos visto en la historia reciente de la humanidad, y es poder tener un mecanismo de intercambio de valor que no dependa de ningún actor central. Esta tecnología se llama Blockchain y ha mostrado que en todo el tiempo en que lleva en producción, casi 16
años, ha sido un sistema que funciona 24 horas al día, 7 día de la semana, 365 días al año, de forma ininterrumpida y sin ser hackeado o tener una “caída” y que funciona a escala global. Cualquier entidad financiera o bancaria envidiaría un récord de tal magnitud.
Blockchain es la base del siguiente gran salto tecnológico conocido como Web3, en donde no requerimos de entes centralizados para funcionar. Actualmente vivimos la era de Web 2.0, en donde interactuamos con plataformas centralizadas para casi cualquier actividad humana. Pensemos un momento, cuándo publicamos una foto o un video, ¿De quién es efectivamente? ¿De nosotros o de Meta, Google o TikTok? ¿Realmente como lo usan y con qué fines? Con Web3, daremos el siguiente paso en donde no usaremos las plataformas para interactuar porque ya no las necesitaremos y aunque lo que afirmo puede sonar utópico, realmente no lo es porque tenemos un ejemplo perfecto que nos muestra que es posible y ese ejemplo se llama Bitcoin.
Por tanto, esta nota no va si Bitcoin va a subir a más de USD 100.000 o si es el momento de comprar o vender, es de la realidad a la que nos vamos a enfrentar en los próximos años y si cada uno va a tomar la responsabilidad de entenderla y asumirla o no.
Y quiero terminar con una recomendación porque en estas conversaciones prenavideñas escucho mucha euforia. Nunca invierta en un activo sin conocerlo a profundidad, no importa si se trata de bienes raíces, acciones, bonos, o Bitcoin, nunca lo haga porque un “amigo” le dijo. En la sociedad de la información en la que vivimos, puede encontrar toda la información que necesite y así construir un criterio propio con base en el conocimiento que adquiera y tal vez lo más importante, conociéndose a sí mismo, su contexto y expectativas.
como ¿Compro o no compro Bitcoin? ¿Será muy tarde para invertir? Y quizás más de una persona se hará en esta época de promesas y planeación para el 2025 el compromiso de, “El próximo año compro Bitcoin”.
Y no es para menos, estamos viviendo los máximos históricos de precio Bitcoin/dólar desde que esta invención descrita el 31 de octubre del 2008 en un documento de 9 páginas (incluyendo referencias bibliográficas), que puede buscar por internet sin ninguna dificultad o incluso le puede pedir a cualquier inteligencia artificial que lo busque y lo resuma, y sale a producción el 3 de enero del 2009.
No obstante, aún con el nivel de popularidad que tiene Bitcoin actualmente, lo siguen acompañando aseveraciones no solamente en conversaciones informales sino emitidas por noticieros o informativos reputados a nivel nacional e internacional como las siguientes, “El Bitcoin solamente lo usan los criminales para sus actividades ilícitas”, “Solamente es un mecanismo para estafar a la gente” o “Solo sirve para lavar dinero”, lo cual aparte de ser falso y estadísticamente fácilmente refutable, no es consistente con lo la actualidad dado que
Bitcoin ya esta siendo usado por grandes instituciones financieras y no financieras a nivel mundial y varios países y empresas del mundo analizan convertirlo en reserva de valor. Por tanto, decir que “Bitcoin es solo para criminales” es tan absurdo como decir que el dinero convencional es usado solamente por maleantes porque usan efectivo para efectuar sus fechorías.
Con esto no quiero afirmar que no haya personas inescrupulosas que usen la palabra Bitcoin para engañar, justamente quiero advertir que en esta época de tendencias y euforia, si encuentra un “amigo”, publicidad o promoción que le diga: “Hágase rico con Bitcoin en menos de 10 días” o “Sea su propio jefe con Bitcoin con cero riesgo”, por favor, salga despavorido de ahí y si la publicidad es digital, cierre inmediatamente su navegador, y repórtelo como SPAM, porque seguramente lo van a estafar.
Luego de haber hablado sobre qué se dice y qué no se dice de Bitcoin, no hemos definido qué es Bitcoin, y aunque hacer una definición en unos cuantos párrafos no es fácil, voy a tratar de hacerlo, es un mecanismo de pagos que permite hacer transferencias de valor del usuario A al usuario B sin ningún tipo de intermediación, esto último quiere decir que sin ningún tipo de entidad financiera o incluso sin ningún tipo de banco central, porque no se va a transferir ninguna moneda emitida por un banco central.
Para poder analizar el impacto de esta invención, quiero compararlo con los modelos de negocio propuestos por Uber o Airbnb, que nacieron aproximadamente al mismo tiempo que Bitcoin. Hagámonos la siguiente pregunta: Si antes de Uber fuéramos a crear una empresa de transporte, ¿Qué es lo primero que compraríamos? Y la respuesta es fácil: Carros, taxis, buses, etc., y algo similar pasaría con Airbnb, si antes de Airbnb quisiéramos invertir o desarrollar un negocio de hostelería y turismo, ¿Qué es lo primero que necesitamos? Casas, apartamentos, o bienes raíces en general para que las personas se hospeden. Casi 16 años después, estos modelos más allá que funcionen en una aplicación en el celular o del sistema de calificación entre usuarios y proveedores, creó una nueva forma en la que el mundo opera y esta tan ligada
a nuestra vida cotidiana que no visualizamos fácilmente una sociedad sin este tipo de servicios.
Sin embargo, volvamos a Bitcoin, antes de su aparición, la sola idea de poder tener una moneda que no tenga como base un “Banco Central” o que se pueda transferir sin intermediarios, no solamente sonaba irrealizable, sino que caía en lo inverosímil, no obstante, casi 16 años después, ha mostrado ser un rotundo éxito porque paso de ser un “juego” de “nerds”, “geeks” o “computines” (la palabra más exacta es criptógrafos) a una realidad que es contemplada como inversión por países y empresas de todos los tamaños, e indudablemente
por cualquier persona en el mundo entero.
Pero, ¿Qué hace tan especial a Bitcoin? Y retomando el título de este artículo, ¿Por qué debería interesarme en Bitcoin? Y la respuesta puede que lo sorprenda porque no está atada a su precio respecto al dólar, es porque la tecnología con la que esta basada Bitcoin mostró un punto que no habíamos visto en la historia reciente de la humanidad, y es poder tener un mecanismo de intercambio de valor que no dependa de ningún actor central. Esta tecnología se llama Blockchain y ha mostrado que en todo el tiempo en que lleva en producción, casi 16
años, ha sido un sistema que funciona 24 horas al día, 7 día de la semana, 365 días al año, de forma ininterrumpida y sin ser hackeado o tener una “caída” y que funciona a escala global. Cualquier entidad financiera o bancaria envidiaría un récord de tal magnitud.
Blockchain es la base del siguiente gran salto tecnológico conocido como Web3, en donde no requerimos de entes centralizados para funcionar. Actualmente vivimos la era de Web 2.0, en donde interactuamos con plataformas centralizadas para casi cualquier actividad humana. Pensemos un momento, cuándo publicamos una foto o un video, ¿De quién es efectivamente? ¿De nosotros o de Meta, Google o TikTok? ¿Realmente como lo usan y con qué fines? Con Web3, daremos el siguiente paso en donde no usaremos las plataformas para interactuar porque ya no las necesitaremos y aunque lo que afirmo puede sonar utópico, realmente no lo es porque tenemos un ejemplo perfecto que nos muestra que es posible y ese ejemplo se llama Bitcoin.
Por tanto, esta nota no va si Bitcoin va a subir a más de USD 100.000 o si es el momento de comprar o vender, es de la realidad a la que nos vamos a enfrentar en los próximos años y si cada uno va a tomar la responsabilidad de entenderla y asumirla o no.
Y quiero terminar con una recomendación porque en estas conversaciones prenavideñas escucho mucha euforia. Nunca invierta en un activo sin conocerlo a profundidad, no importa si se trata de bienes raíces, acciones, bonos, o Bitcoin, nunca lo haga porque un “amigo” le dijo. En la sociedad de la información en la que vivimos, puede encontrar toda la información que necesite y así construir un criterio propio con base en el conocimiento que adquiera y tal vez lo más importante, conociéndose a sí mismo, su contexto y expectativas.
Por José Luis Uribe Aponte Profesor del Departamento de Ingeniería Electrónica de la Universidad Javeriana