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Universidad Antonio Nariño

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La orina como fuente de energía limpia y fertilizantes naturales
¿Cómo la orina, un residuo que normalmente desechamos, puede convertirse en una fuente de energía limpia y fertilizantes naturales? Un equipo de investigadores de la Universidad Antonio Nariño (UAN) lleva a cabo un proyecto que puede transformar la vida de las comunidades rurales y nuestra relación con el uso de los residuos para la transformación en energía, se conocen como biorrefinerías. Este proyecto se centra en el tratamiento de la orina, un recurso que muchos consideran como deseo, sin embargo, podría convertirse en un gran aporte a la ciencia, aprovechando todos los nutrientes que tiene la orina, como nitrógeno, fósforo y potasio para reciclarlos en la biomasa microalgal.

Esta investigación no sólo transforma residuos en recursos valiosos, sino que también busca ofrecer soluciones accesibles para tratar aguas residuales en zonas rurales, donde los costos suelen ser un obstáculo, aprovechando la biomasa microalgal como una fuente energética y producción de biofertilizantes.

“Lo que queremos es aprovechar la biomasa microalgal como una fuente energética para la producción de biofertilizantes, producción de biogás, como una fuente alternativa y producción de piensos alimenticios” indica Julián Andrés Álvarez investigador del proyecto.
A través de un sistema continuo para la producción de metano y biofertirrigación basado en cultivo de microalgas para el reciclaje de nutrientes, utilizando un “fotorreactor tipo air-lift”, sistema de tubos concéntricos el cual se construye a partir de materiales de bajo costo y fácil acceso, para la captura del dióxido de carbono. Se brindan condiciones como temperatura, luminosidad y aireación para que el sistema pueda alcanzar unas condiciones óptimas en la producción de resultados.

Utilizando la biomasa en función a la producción de energía, el proyecto busca además contribuir a la sostenibilidad, el cambio climático y reducir la huella de carbono, a través del reciclaje de nutrientes que de otro modo se perderían. “Uno de los impactos positivos que tiene es, primero, la captura de dióxido de carbono atmosférico, ya que hoy vemos grandes emisiones de gases de efecto invernadero, y en estos sistemas podemos capturar el dióxido de carbono atmosférico, reciclar los nutrientes del agua residual. y transformarlos en una fuente energética” explica el investigador Julián.

A través de proyectos y programas de investigación, la UAN busca seguir implementando prácticas que convertirán los desafíos ambientales en oportunidades, contribuyendo a un futuro más sostenible para todos.
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